y casablanca

 

"You must remember this
A kiss is stills a kiss
A sigh is just a sigh:
The fundamental things
apply.
As time goes by.
And when two lovers woo,
They still say I love you,
On that you can rely..."


Letra

 

Bogart tenía 42 años cuando los Estados Unidos entraron en guerra. El era demasiado mayor para enrolarse en el ejército, así que se quedo en Hollywood haciendo películas antifascistas. Una de ellas le convertiría en una estrella en vida y en una leyenda después de su muerte.
Cuatro días después del ataque a Pearl Harbor el productor Hal Wallis recibió una sinopsis de una obra de teatro que se llamaba Everybody Comes to Rick's, y que en questión de muy poco tiempo ya pasó a llamarse Casablanca: un club nocturno de una ciudad peligrosa y ambigua, un americano sin patria y con un pasado turbio, un oficial francés amoral, el heroico líder de la resistencia y naturalmente la chica desgarrada entre dos hombres a los que ama de forma diferente.

 

Wallis decidió dar el papel de Rick a Bogart, a pesar de que nadie más parecía convencido de que el ex gángster pudiera hacerlo. El papel de Llisa fue para una sueca de 27 años de aspecto angelical y mirada transparente que acababa de aterrizar en Hollywood: Ingrid Bergman. El oficial francés lo haría el actor inglés Claude Rains y el héroe de la resistencia Paul Henreid. Dooley Wilson interpretaba al pianista Sam. 
El rodaje estaba apunto de empezar, tenían un buen director, Michael Curtiz, los actores adecuados, los decorados preparados y los rasgos generales de la historia, pero no tenían ni guión y, sobre todo, ni final. La situación era realmente insólita, ya que los gemelos Epstein y Howard Koch escribían las frases del diálogo el mismo día que se rodaba:
-¿Puede saberse qué demonios le trajo a usted a Casablanca?
-Mi salud. Vine a Casablanca a tomar las aguas.
-¿Aguas? ¿Qué aguas? Estamos en el desierto.
-Me informaron mal.

 

 

El 17 de julio comenzó el rodaje de la última secuencia, la del aeropuerto, una escena mítica que iba a convertirse en referencia para varias generaciones. Aún en ese instante nadie sabía cuál iba a ser el final de la película. La hermosa Ilsa no sabía con quién se iba a quedar al final, Louis, el oficial francés se refugiaba en su cinismo para sacar adelante un personaje que nadie tenía claro si era bueno o malo. Y Rick sufría en silencio, recordando París y escuchando a Sam el pianista. Algunas de las frases más famosas de la película se improvisaron en el mismo plató o se añadieron una vez terminada la película: Tócala otra vez Sam, Siempre nos quedará París, Louis, creo que este es el incio de una bella amistad. En la escena en la que Victor Laszlo dirige a la orquesta del cabaret , para cantar La Marsellesa, muchos de los actores y extras que llenaban el local eran refugiados europeos que sintieron la canción como algo propio y acabaron llorando de emoción. 



Dialogo secuencia aeropuerto


Rick's Café Américain


 

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