5/10/99
 
 

¿AL AUTOR DE UN VIRUS LE AMPARA LA LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL?
 

Mercè Molist
"Kafkiano mundo en el que nos vemos inmersos con las nuevas tecnologías de la información, de mensajes encriptados, puertas que abren y cierran, y kafkiana la pretensión de regular esto". Con tales palabras cerraba Josep M. Tamarit, catedrático de la Universitat de Lleida, el seminario sobre Internet y Derecho Penal, realizado la semana pasada en Barcelona. Un seminario dominado por las paradojas entre el viejo mundo de la 'dura lex' y la frontera electrónica.

¿Se puede condenar a alguien a que no toque un ordenador? ¿Si registras ozu.fr, puede ozu.es denunciarte? ¿Es más grave atentar contra las comunicaciones del estado o robar un camión del ejército? ¿Debería despenalizarse el pirateo de programas, si no hay percepción social de estar cometiendo un delito? ¿Qué hacer con el datotráfico?. Mil dudas que pusieron en el tapete lo que parecían dos equipos de conferenciantes: el visitante, sector duro de la reglamentación en la red, y el local, profesores de derecho como Francisco Baldó, quien bromeaba: "Un hacker explota fallos de programas y los abogados explotan fallos de la legislación".

Baldó y otros calificaron de "código malicioso" a los programas defectuosos y se ofrecieron a quien quisiera poner una demanda en este sentido. Hubo también críticas para "las empresas que no asumen su cuota de corresponsabilidad cuando les pasa algo porque no tenían política de seguridad". La legislación, "simbólica, hecha sin saber como funciona la Internet real", recibió también lo suyo, especialmente la reciente sobre firma electrónica que, según Ramon García, "se apoya en un tacón de cristal". Junto a ellos, Amadeu Abril, miembro de la ICANN, se quejaba de que "criminalizamos todo lo que ocurre en la red y estamos empezando a exagerar. La mayoría de problemas vienen del 'parásito simpático', un uso marginal y permisible seguramente".

En el otro equipo, representantes del orden como el capitán de la Guardia Civil Anselmo del Moral, quien se quejó de la dificultad de identificación en la red, la transnacionalidad y lo que se ha disparado el fraude electrónico: "Estamos con la maleta por toda España, es impresionante". Del Moral pidió la regulación del uso de la encriptación, la creación de una fiscalía de delitos informáticos y que "no se pongan las pegas que se nos han puesto cuando el único rastro es el número de teléfono".

Susan F. Wilson, fiscal de la Oficina de Delitos Informáticos y Propiedad Intelectual estadounidense, se expresó de forma semejante: al grito de "nadie está a salvo" y "amenazan nuestras vidas", llamó a "vigilar a los hackers en el mundo real", interceptando carriers y teléfonos. La apoyó el catedrático Ulrich Sieber, recién llegado de la convención de Munich. Su lema: "Paremos la confrontación, hagamos una nueva alianza entre la indústria de Internet y las fuerzas de la ley". Otro: "Lo que es ilegal offline, lo es online". Y otro: "Si no podemos controlar a todos los proveedores, controlemos sólo a los de contenido".
 

http://www.cnil.fr/homcnil.htm
http://www.usdoj.gov/criminal/cybercrime