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LOS GUARDIAS DE BARCELONA DECIDEN A DISTANCIA LOS VEHÍCULOS QUE DEBE RETIRAR LA GRUA
 

Mercè Molist
"Es un sistema único en el mundo", aseguran los responsables de Barcelona de Serveis Municipals, la empresa encargada del servicio de grúas en esta ciudad. Desde el mes pasado, sus trabajadores van equipados con una cámara digital y teléfono móvil: cuando un ciudadano pide una grúa al 092, ésta va, hace fotos del vehículo mal aparcado y las manda, vía satélite y por correo electrónico, a la central de la Guardia Urbana. Allí, un agente las comprueba y autoriza o no la retirada. Hasta ahora en fase de pruebas, el servicio se inaugura oficialmente en marzo.

La razón de la Guardia Urbana para poner en marcha este avance tecnológico es ganar tiempo, agilizando el trabajo de la grúa. Según su gerente de Recursos y Organización, Joan Albert Dalmau, "unas 50.000 personas nos llaman anualmente por problemas de coches aparcados en vados, doble fila, etc. Antes, teníamos que ir a comprobar cada caso, con una vespa o una patrulla, y después llamar a la grúa. Ahora, la grúa va directamente, hace una foto del coche y su entorno y, vía satélite, llega a los guardias, que validan la infracción o piden que se repita la foto. El ciudadano gana unos 20 minutos".

En la central de la Guardia Urbana, un señor con bigote se sienta ante un moderno ordenador con sistema operativo Windows, mientras le van llegando los mensajes de la grúa, vía General Packet Radio Service (GPRS) y a través de una Red Privada Virtual (VPN). El servicio ha estado funcionando un mes en pruebas y a primeros de marzo empezará a aplicarse "sólo en los casos que lo requiera el ciudadano y también en zonas de carga y descarga. Aquí nos pararemos, de momento", afirma Dalmau.

Cada cámara cuesta unas 230.000 pesetas y la flota está compuesta de 60 grúas. En 1999, se interconectaban por mensajes SMS. En el 2000 llegó el GPS y, ahora, GPRS. Cada foto pesa 300k y muestra la situación, señalización y vehículo infractor. La cámara, con un objetivo de gran angular, "para que no te atropellen cuando estás tomando una imagen", aclara Barcelona de Serveis Municipals, lleva un sistema operativo incorporado, fácil de usar, que envía la foto o secuencia de vídeo, junto a datos y observaciones, al teléfono móvil, mediante la tecnología inalámbrica Bluetooth. Y éste lo manda a los guardias, por GPRS.

Las fotos no se enviarán a los ciudadanos infractores, a no ser que recurran. Dalmau explica que se están planteando "hacer un depósito de imágenes accesible vía Internet", y asegura que no comportará problemas para la privacidad. El proyecto entra en una corriente más amplia de uso de las nuevas tecnologías por parte de la Guardia Urbana de Barcelona: ya están funcionando los atestados "online", también las cámaras fotográficas en los semáforos, los radares se preparan para emitir formatos digitales y está en marcha un nuevo Centro de Gestión de Imágenes, que centralizará estos servicios. Además, pronto todas las patrullas tendrán GPS.

Los agentes han puesto el nombre de "teletrabajo" a esta nueva ola. El gerente Dalmau dice que es consecuencia de los cambios que en enero se incluyeron en la Ley de Seguridad Vial, "que no hacen necesario detener al conductor para notificarle la denuncia y permiten usar medios de captación de la infracción". El servicio 092 atiende casi 300.000 casos al año, por lo que los agentes desbancados por la tecnología serán asignados a otros unidades, siempre faltas de personal, según Dalmau.
 

Guardia Urbana de Barcelona
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