30/10/04



LOS MÚSICOS SE UNEN AL HACKMEETING CON UN CONCIERTO LIBRE

Mercè Molist
El auge de la filosofía "copyleft" y su ampliación a cada vez más esferas de la producción intelectual humana se hizo patente en la quinta edición del Hackmeeting, celebrado el pasado fin de semana en Sevilla. 300 personas asistieron a las jornadas, que se inauguraron con un exitoso concierto de música libre.


Cuatro grupos de diferentes estilos, desde reggae hasta heavy, amenizaron con su música "copyleft" la apertura de un Hackmeeting que ha durado cuatro días, con el sobrenombre de Hack'Andalus. El "copyleft", que permite que una obra pueda ser copiada, modificada, distribuida y publicada libremente, ha sido el punto denominador de buena parte de las actividades, donde se han mezclado talleres técnicos y charlas de profesores universitarios.

Entre decenas de conferencias, han destacado "Las mentiras más famosas sobre la pirateria", "Sistemas criptográficos en la guerra civil española", "De Windows a Linux en una hora", "Vulnerabilidades en teléfonos móviles", "Los phreakers", "Discordianismo", la presentación del libro "Software libre para un mundo libre" de Richard Stallman, una charla sobre la droga chamánica "ayahuasca" e incluso una fiesta "tecnopagana".

El abogado Javier Maestre defendió en su charla la legitimidad de las licencias "copyleft" frente al "copyright", que "no existió hasta la aparición de la imprenta. La literatura oral era libre. Los Reyes Católicos aplicaron una férrea censura a la imprenta porque los herejes usaban los libros para hacer propaganda. Lo mismo ha sucedido con Internet: vivimos una ola de represión para cargarse la red y refundarla con los mismos tintes monopolísticos que trajo la imprenta".

Según Maestre, "el "copyleft" no es anarquía, no quiere romper lo anterior sinó que es una evolución natural. Los derechos de autor nacieron porque lo que valía dinero en la copia era el ejemplar, pero hoy el valor de la copia es cero, también el de los canales de distribución. Los poderes que explotan la propiedad intelectual no lo quieren reconocer, están atrincherados en una normativa que nació para y entre mercaderes, que ahora quieren introducir en el ámbito privado. El "copyleft" es el modelo más lógico de gestión de estos derechos en las actuales condiciones".

El profesor Francisco Sierra, en su charla "Políticas tecnológicas y control global" denunció que, desde los años 70, el poder militar está aplicando sus estrategias en las comunicaciones civiles. El control abarca a toda clase de comunicación, no sólo a los grupos localizados. Y la seguridad nacional no se puede poner por encima de los principios de libertad y privacidad. Hay un abuso en la intromisión por parte de los estados, que se saltan sin rubor los derechos de los ciudadanos, con una total dependencia de Estados Unidos".

La noche del sábado, se celebró la entrega de los premios Big Brother España, organizados por Computer Professionals for Social Responsibility (CPRS-Spain). El profesor Arturo Quirantes presentó la animada velada, donde se premió a las entidades públicas y privadas que han destacado en el poco respeto a la privacidad de los ciudadanos. Los galardonados de este año fueron la empresa Zara, por vender ropa con chips de seguimiento RFID; Telefónica, por manejar mal los datos de sus clientes, y el llamado "Gobierno en la sombra" responsable de que el FBI requisase recientemente dos servidores de la organización Indymedia.

El premio de votación popular recayó en la SGAE, auténtica bestia negra de los internautas, que el año pasado ya le dieron el galardón. El premio positivo a la defensa de la privacidad fue para Kriptópolis y su campaña contra los chips RFID.




BUEN AMBIENTE


Con el Hackmeeting llegó el frío. Y la lluvia que, de forma intermitente, limpiaba el aire del barrio de La Macarena. Unas trescientes personas transitaban la poca distancia que separaba los tres centros sociales en los que se desarrollaban las distintas actividades. Gente venida de todas partes de España y, especialmente, los alrededores de Sevilla. Para muchos y muchas -sigue creciendo la asistencia de mujeres- éste era su primer Hackmeeting.

Un red inalámbrica creada para el evento permitió que los asistentes, la mayoría con ordenadores portátiles, se conectasen a Internet y entre ellos, en un intercambio continuo de conocimientos que se prolongaba en  las concurridas charlas y grupos conversando. A la tecnohermandad se unía el caos ordenado que conlleva la autoorganización, donde cada cual asume su responsabilidad por propia iniciativa, uniendo sus acciones libres a las de otros y otras, para dibujar un mosaico donde todo encaja por arte de magia.





Copyleft 2004 Mercè Molist.
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