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¿SABE POR DÓNDE ANDAN SUS DATOS PERSONALES?



Mercè Molist
El robo de información privada, sean números de cuenta o historiales sanitarios, es un grave problema de la era digital. La empresa británica Garlik ha creado un servicio para que sus clientes sepan en qué sitios de Internet y ficheros públicos aparecen sus datos. Es la primera vez que una aplicación comercial utiliza técnicas de la llamada "web semántica".


En el mercado negro virtual, la identidad de una persona, incluídos datos bancarios, DNI, dirección, teléfono y contraseñas, cuesta alrededor de 150.000 euros. A menos datos, menos dinero, pero aún así es un buen negocio que ha generado un nuevo tipo de delincuente: el "broker de identidades".

Estos comerciantes de datos los buscan en todo tipo de fuentes digitales, los cruzan y crean la ficha de la persona, que venden al mejor postor. Según un estudio de la empresa Garlik, se lo ponemos fácil: el 12% de usuarios no tienen problemas en dar sus datos bancarios en sitios web y el 70%, su dirección física.

Nunca como ahora había habido tanta información personal al alcance de cualquiera, tan valiosa y tan desprotegida. Los robos de bases de datos en empresas, ayuntamientos u hospitales están a la orden del día, así como la sustracción de contraseñas y números bancarios a usuarios de Internet, para vaciarles la cuenta o comprar con su tarjeta.

Ante esta situación, la joven empresa Garlik propone un inédito servicio, DataPatrol, que busca en Internet y bases de datos financieras, demográficas o de propiedades la información pública sobre el cliente. Hace un seguimiento de esta y le envía un informe mensual, con los cambios y posibles fraudes.

"Localizamos tus datos personales, te avisamos de si es el lugar adecuado para ellos y te ayudamos a gestionarlos en este sitio específico", explica el gerente de Garlik, Tom Ilube. Por ejemplo, si nuestro nombre y apellidos aparecen junto a nuestra fecha de nacimiento en un sitio web que desconocemos, puede significar que están usando nuestros datos con fines ilícitos.

Los informes mensuales de DataPatrol incluyen un apartado llamado "Conexiones": "Una buena forma de entender cómo se utiliza tu información personal es ver con qué está conectada. Si alguien realiza transacciones comerciales en tu nombre, esto se reflejará en una serie de relaciones con empresas o personas que no te sonarán de nada", explica Ilube.

Pero lo más revolucionario de este servicio no es la monitorización inteligente de los datos sino el hacerlo con técnicas de la "web semántica", hasta ahora una abstracción teórica con pocas aplicaciones prácticas: "Somos la primera compañía que usa una plataforma basada en la web semántica para un producto de consumo", asegura Ilube.

Y lo ilustra con un ejemplo: "Una fecha es sólo una fecha, puede ser el aniversario de alguien o el día en que abrirá una nueva tienda. La web semántica te dice qué significa esta información". La empresa pretende ofrecer más servicios de este tipo, no en vano uno de sus asesores, Tim Berners-Lee, inventó el concepto de "web semántica".

En cuanto a la seguridad de los datos personales que se entregan a Garlik, para que los busque en las redes, Ilube asegura: "Nuestra misión es dar poder al consumidor, permitiéndole controlar dónde y cómo aparece su información. No trabajamos para otras empresas ni para el gobierno y estamos muy familiarizados con la necesidad de proteger datos personales en un entorno regulado".

Le avala otro asesor de Garlik, Simon Davies, presidente de la organización defensora de la privacidad Privacy International. El servicio DataPatrol tiene actualmente 50.000 usuarios, todos ciudadanos británicos porque de momento sólo funciona en aquel país, al precio de 46 euros al año.




PONER EN PRÁCTICA LA "WEB SEMÁNTICA"


La "web semántica" es el nuevo concepto "cool" de una Internet donde el tiempo pasa vertiginosamente y lo que hace unos meses era novedad, como la Web 2.0, hoy es el pasado. La próxima fase se llama Web 3.0, una inyección de inteligencia para que la red de ordenadores comprenda los datos que almacena.

"Hay billones de páginas de información en la web, pero esta sólo nos la muestra, no nos dice qué significa. La web semántica, en cambio, también nos la muestra pero además no dice de qué va", explica Tom Ilube. Sus usos pueden ser recomendar unas vacaciones a medida o un plan de jubilación. Pero de momento estas aplicaciones prácticas son casi inexistentes.

"La web semántica intenta crear un medio universal de intercambio de información dando sentido, de una forma que entiendan las máquinas, al contenido de los documentos de la web, mediante estándares, lenguajes de etiquetado y otras herramientas de proceso", afirma Ilube. Herramientas que, en su mayoría, están aún siendo concebidas.

Los ordenadores de la Web 3.0 deben ser capaces de realizar búsquedas rápidas que entrelacen datos y diluciden su significado. "Esto revolucionará Internet y la hará mucho más útil", asegura Ilube. Si la Web 2.0 puso en contacto las aplicaciones con los servicios, la próxima generación añade a los programas la capacidad de entender qué queremos de ellos y da un paso más hacia la inteligencia de las máquinas.



Garlik
https://www.garlik.com


 
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