John Huston i Humphrey Bogart eran dos personas destinadas a encontrarse algún dia. Y este fue en los estudios Warner Brothers en 1938. Por entonces Huston era un aspirante a guionista y Bogart un actor condenado a morir en todas sus películas. Al principio su relación era superficial y se limitaba a saludos con la cabeza. Aún no habían decidido si iban a ser amigos o enemigos.
Dos años después, Huston era ya un guionista importante. Había escrito el guión de El último refugio y conspiraba en la sombra para que no le dieran el papel principal a George Raft, actor que detestaba. Al final el papel fue para Bogart y Huston se alegró. Durante el rodaje, Huston, que ya tenía claro que lo que queria era ser director, acudía diariamente al plató a ver trabajar a Walsh y allí nació su amistad. Cuando la Warner le ofreció dirigir su primera película, El halcón maltés, volvió a conspirar hasta conseguir que el papel principal fuera para el que ya era uno de sus mejores amigos: Humphrey Bogart. Bogart y Huston harían cinco películas más juntos. Across the Pacific, en 1942, volvió a reunirlos con Mary Astor y Sydney Greenstreet. Después Huston, seis años más joven que Bogart, se marchó a la guerra. Los dos se volvieron a encontrar en diciembre de 1943, cuando Bogart y Mayo hacían una gira por los campamentos militares americanos en Europa.

  Al acabar la guerra les unió la lucha política contra la ola reaccionaria que se abatió de forma paranoica sobre Hollywood, era la época de la llamada Caza de Brujas. Huston tenía sus ideas muy claras y Bogart vaciló en algún momento. Huston nunca le perdono que se retractara de haber participado en la famosa marcha sobre Washington en defensa de los acusados por el Comité de Actividades Antiamericanas. A pesar de ello su amistad se mantuvo como una roca. La prueba fue el Tesoro de Sierra Madre, donde Bogart aguantó, no sin protestar, todas las incomodidades de un rodaje en México, con calor, polvo y serpientes. Huston cuenta que durante ese rodaje Bogey y yo tuvimos nuestra única pelea. Bogey estaba deseoso de que su barco, el Santana, participara en una regata en Honolulú. Yo no estaba dispuesto a permitir que la regata de Bogey interfiriera en mi película. 
Un años después, repetían juntos, esta vez con Lauren Bacall como la chica y Robinson como el malo, en Cayo Largo. En 1951 llegó la obra maestra de su colaboración: La Reina de África, una película mítica, por la que Bogart ganó un Oscar, casi perdió un hijo y encontro una nueva amiga, Katharine Hepburn. La sociedad Huston & Bogart aún haría otra película rodada en Nápoles, La burla del Diablo, la qual fue un auténtico fracaso, aunque después se ha convertido en una película de culto para la crítica europea. Bogart nunca entendió de qué iba la película, pero se lo pasó en grande haciendola. Quizas ese fue su ultimo rodaje entre amigos. La enfermedad ya le estaba rondando.

Huston tenía aún intención de hacer una nueva película juntos, una adaptación de El hombre que pudo reinar. A Bogart le entusismaba la idea, pero nunca pudo llegar a hacerla. Durante la Navidad de 1956, Lauren llamó a Huston a Nueva York y le dijo que Bogey se moría. Huston volvió a Los Ángeles para estar a su lado. El 14 de enero, Bogart moría. Huston habló en el funeral de su amigo con un gran respeto y cariño: No tenemos motivos para compadecerlo; sí a nosotros mismos por haberlo perdido. Nadie podrá reemplazarlo.